15 enero 2011

La vida de las marionetas


Eso fue lo que soñó: Que se marchaba a Islandia con una maleta portátil. Digo Islandia pero podría haber sido cualquier otro sitio. La tierra negra y largas lenguas retorcidas. Una vaca levantando la cabeza con la boca llena de hierba y una cabaña. En esa cabaña escribía cincuenta poemarios en tan sólo cinco semanas, porque en el sueño era un gran poeta. Tenía el don de los versos y podía hablar en endecasílabos durante horas para él mismo o mientras paseaba por el campo: Este zumo de piña es necesario, Fascina comprender muy pocas cosas. He comprado un reloj por Internet. ¡Puf! En la mañana obtusa del deseo No hay nada más inútil que escribir. Cada poemario lo firmaba con un nombre distinto: Benjamín Colingo, Roy Claxon, David Llorente, etc. Luego enviaba cada manuscrito a una editorial distinta. Pre-textos, Visor, Hiperión; también editoriales más pequeñas. Todas aceptaban sus poemarios. Los editores se quedaban entusiasmados, babeantes, y llamaban a sus colegas y decían: Tengo a un poeta que va a cambiar la historia de este país. Y sus colegas contestaban: Yo también, amigo, me han enviado un manuscrito que no dejará a nadie indiferente. Nadie pudo sospechar porque en ese sueño era tan buen poeta que podía manejar voces distintas, escribir como una mujer bohemia, escribir como un alchólico y un ex-presidiario, escribir como un oficinista. La urgencia de los editores hizo inmediata la publicación de los cincuenta poemarios. Durante una semana, cada letra de cada libro impreso fue una letra escrita por él. Salieron todos a lo largo del mes de febrero. Durante ese mes y los siguientes, él copó a través de sus pseudónimos las reseñas de todos los periódicos y revistas del país. Estos fueron algunos de los títulos: La tormenta te ha cambiado, Hipótesis sobre las alcachofas, Nunca bailo en los bares, Lechuguini lucha contra los Robots Rosas, etc. Las entrevistas fueron por correo electrónico, las invitaciones declinadas, los viajes pospuestos. Sólo flaqueó en una cosa: dio el mismo número de cuenta, el de su madre, a todas las editoriales. Pero a nadie se le ocurrió sospechar. No quisieron indagar en el origen simétrico de sus versos. Hubo también malas críticas. El cruce de opiniones, de palabras de expertos y enfurecidos catedráticos, la enumeración de referencias posibles fue una demostración de la pericia inútil de los críticos, que siguieron viendo en esos cincuenta libros, cincuenta personas diferentes. Y cuando él paseaba por el campo, así, de esta manera, se sentía menos solo. Se imaginaba en medio de una excursión extraña, acompañado por otras cuarenta y nueve personas -porque uno, sólo uno de los poemas que escribió, le hizo llorar: su desenmascaramiento- que charlaban y reían y daban volteretas por la hierba retorcida y frágil de los campos volcánicos. Eso soñó: que durante tres meses él era toda la poesía de España. Que todos los poetas verdaderos se morían por las calles y languidecían junto a estufas esperando a la primavera y preguntándole al polvo las cosas más extrañas: ¿Cómo puedo encontrar un detergente que deje, por fin, mis sábanas limpias? ¿La ambigüedad de Hamlet no es otra cosa que la descripción del carácter de Dios? ¿Eso que está ahí sentado, es mi madre?. Eso soñó, y también, de golpe, en una transición extraña y brusca, soñó que estaba en un parque de atracciones, que al fondo había una noria, y que en la cima de esa noria Paula agitaba la mano, como despidiéndose, para después saltar al vacío acompañada por la banda sonora de un tiovivo que giraba demasiado deprisa.


9 comentarios:

  1. Devil Knows You're Dead Baby

    http://www.delversoyloadverso.com/2011/01/ficciones.html


    ;-)

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  2. Cada día nos peleamos para ver quién se queda con las mejores historias. Pero hay demasiadas historias en todas partes como para que uno solo pueda tratar de escribirlas. Las vendemos por 1 euro. Abrazos, Ben.

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  3. Es muy vulgar decir que me ha encantado tu historia y que también me ha emocionado, pero es lo que hay.Y aunque haya muchas historias no hay demasiadas como esta.
    Un cordial saludo,

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  4. Maravillosa historia.
    Es de esas que joden por no poder ser ciertas. Cuántos poetas querrían eso.

    El poema "Fricciones" de Ben es muy bueno. No dejéis que os cambie la tormenta. Bebed vino y escribid historias antes de que las digan otros. Las dirán también (todo se repite y se amasa en la ceniza) el caso es que os adelantéis.
    En Literatura los escritores no se pelean por los derechos de una historia (o tema, o estética), sino por la cronología: no "¡Yo soy el único que lo ha dicho!", sino "Yo fui el primero en decirlo!"

    Todo se dirá mientras Saturno devora a sus hijos.
    (Me lo acabo de inventar, pero me ha quedado bien no?)

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  5. De verdad, es que es mejor no pensarlo porque es una historia maravillosa que nunca ocurrirá!

    Bueno, lo de cincuenta poemarios no lo deseo ni yo, excepto si cada poemario tuviera sólo diez poemas...

    Mmm... por cierto, 500 es un número hermoso para la obra completa de un poeta... 500 euros! 1 euro por poema!

    Bendito sueño ballcellsiano! Me pasaré a la prosa...

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  6. Bibliografía poética de Ben Clark hasta 2016(una historia posible en un mundo paralelo):
    -"Los hijos de los hijos de la ira"(Premio Hiperión, 2006)
    -"Cabotaje" (Delirio, 2008 y 2010)
    -"Memoría" (Huacánamo, 2009)
    -"El arrecife" (Pre-Textos, premio Gerardo Diego, 2011)
    -"Oda a la juventud recién cortada y otros poemas" (Editora Regional de Extremadura, 2012)
    -"Endecasílabos bajo la lluvia" (Hiperión, 2013)
    -"Saben que ahora prefiero el verso alejandrino" (DVD, 2014)
    -"La tormenta te ha cambiado" (Calambur, 2015)
    -"Poemas in-clasificar" (Colección "La cuerda rota", 2015)
    -"Lechuguini baila contra los Robots Rosas" (Trashumantes, 2016)
    -"Hipótesis sobre las alcachofas y otros hijos de la ira" (Trashumantes, 2016)

    En 2016, después de sacar sus dos últimos libros, decidió instalarse en Buenos Aires con su mujer. Compró la Biblioteca de Borges por diez millones de euros y todos los viernes iba a escuchar tangos y a cenar en un restaurante de lujo. Y no volvió a escribir porque en una entrevista para la BBC declaró que ya lo había dicho todo.

    Ben Clark, entrevistado por la BBC en marzo de 2017:
    "Ya lo he dicho todo. España me necesita. Que lean mis libros, que tengo diez, y que me dejen en paz los putos críticos."
    (esas fueron sus últimas palabras oficiales)

    En 2020, ante el asombro de la crítica argentina, apareció "Antología poética" en Emecé.
    Y en España, en Visor, la recopilación "Poesía 2004-2016".

    Aparte del humor, un abrazo.

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  7. Hola Anne, me alegra que te haya gustado lo demás. Intenta acercarse con fidelidad a lo que está ocurriendo ahora mismo en mi casa, en las cabezas de mis compañeros de piso: un poeta y un mono, que son amigos y juegan en el salón.

    Luis, la biografía es todo un texto más que un comentario, será perfecto para todos aquellos que, sin pasar por el trámite de visitar a una bruja, quieran conocer el futuro de B.C. con la mayor fidelidad posible. Estoy seguro de que ese libro titulado "Lechuguini lucha contra los robots rosas" no tardará mucho en aparecer. Respecto a lo de Saturno; sí, muchas veces la mejor manera de digerir algo abstracto es comiéndoselo por impreso.

    Abrazos!

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  8. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  9. Convendría escribir un texto que impresionase -de profundis- a alguien que no sea ni escritor ni lector. Que no se le ocurriera ni escribir ni leer.

    Eso, está muy claro, es imposible, es contradictorio. No legaría nunca a leerlo. No sabría ni tan siquiera leer este alguien. Por eso, es, sí, imposible que la literatura se atreva a ir "fuera" de sí misma. Sólo puede estar ensismada, encerrada entre Victors, Bens i miscelanios públicos. Si va fuera, deja de ser literatura, pasa a ser publicidad, basura o marxismo.

    Dicho esto, termino con una frase (à la Llorente) del antiquísimo Caçoner de Ripoll: "Si no vols plaure amb mi a Venus, doncs a Venus no s'hi assemblis pas!".

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