Me contó una historia de un elefante al que todos los cazadores disparaban. Era un elefante grande como una montaña y todos los cazadores pequeños como una bala de fogueo creían que podrían con él. Disparaban sus rifles y el elefante no caía. Estaba bien jodido, pero no caía. Según me contó, el elefante aguantó durante años aquella historia. Tíos incapaces de tumbarle disparándole a todas horas. Una vida demasiado dura incluso para un elefante. El viejo se quedó allí, a mi lado, durante un par de horas, sin decir nada, supongo que trataba de averiguar si yo era una de esas personas capaces de estar calladas. Luego me dijo: Chico, cualquier imbécil puede herir a una mujer pero sólo un hombre grande puede llevársela para siempre.
Ray Loriga
Sabía que Daniel no profanaría sus domingos. Me ha gustado demasiado tu comentario. Muchas gracias, hablamos más adelante
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