15 agosto 2010


Me contó una historia de un elefante al que todos los cazadores disparaban. Era un elefante grande como una montaña y todos los cazadores pequeños como una bala de fogueo creían que podrían con él. Disparaban sus rifles y el elefante no caía. Estaba bien jodido, pero no caía. Según me contó, el elefante aguantó durante años aquella historia. Tíos incapaces de tumbarle disparándole a todas horas. Una vida demasiado dura incluso para un elefante. El viejo se quedó allí, a mi lado, durante un par de horas, sin decir nada, supongo que trataba de averiguar si yo era una de esas personas capaces de estar calladas. Luego me dijo: Chico, cualquier imbécil puede herir a una mujer pero sólo un hombre grande puede llevársela para siempre.

Ray Loriga

1 comentario:

  1. Sabía que Daniel no profanaría sus domingos. Me ha gustado demasiado tu comentario. Muchas gracias, hablamos más adelante

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