Quiere mucho a su novio, pero hace un mes, durante una despedida de soltera y con muchas copas en lo alto, besó a un chico en una discoteca, sólo eso. El novio se enteró después por otra persona. Mientras estaban discutiendo él le dijo que, para perdonarla, necesitaba oír de sus labios un reconocimiento, una confesión en toda regla de lo que había hecho. Con disimulo, sostenía en la mano un teléfono móvil. Ella se armó de valor y le dijo: Sí, está bien, le comí la boca, ¿vale?. Él estaba grabando la conversación con el móvil, y ahora tiene puesta esa frase como tono de llamada. Cada vez que le llaman, se la oye a ella diciendo: Sí, está bien, le comí la boca, ¿vale?. La primera vez que ella escuchó el tono con su voz, en medio de una reunión del grupo común de amigos, se desmayó. Por supuesto, es incapaz de llamarle para pedirle que la perdone. El simple hecho de pensar que al telefonearle se oirá esa frase la desarma.
Vicente Luis Mora, Alba Cromm
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