25 noviembre 2008

Into the dark

[Fragmento HA 4,2]


Adoro la conducción salvaje. Cada vez que hay que girar el volante. Qué sería de mí sin carreteras secundarias, sin un frío (pequeño) conquistando el diminuto país de mi calor. De aquella noche recuerdo la montañas, el bosque tenebroso cubierto de cíclopes y los pájaros en los árboles, como bolitas de papel. Entonces todas las canciones eran antiguas; yo buscaba lo nuevo.
Estaba perdido en la carretera. No sabía como encontrar el camino hasta Portbou, lo reconozco, pero esto no lo publique. Tuve que parar. Detuve el coche en la cuneta. No había luz. El motor descendió al susurro... Podría haber oído a las hormigas muriendo bajo el neumático.
El escarabajo ha perdido a su mujer, una bella doncella de pecho punzante. Se conocieron en la colina, detrás de la mandrágora, embriagados y desconcertados. Oh, la dulce golosina de la procreación. El acoplamiento de los cuerpos, el canto de las sirenas que mata, como la poesía, que también mata, y las mujeres, que asesinan. Hay que taparse las orejas con cera, alejarse del mar (suficiente tiene él con las medusas). Si hay un problema, el problema está dentro, ¿me entiende? Dentro, donde resuena la propia voz como una palabra enemiga.
Salí del coche. Levanté los ojos hacia el cielo y no había estrellas, ni cielo, ni el lúgubre estandarte de la luna. ¿Qué es esto?, me pregunté, ¿El infierno? ¿He muerto? Tuve por un momento miedo, el silencio era espectral. Encendí un cigarrillo. La verdad es que jamás le perdonaré a Dios que no exista.
Entré un poco en el bosque para tomar el aire, total, estaba perdido; sólo algunos pasos, para sentirme un poco explorador del abismo. Me hubiera gustado ver una pisada de dinosaurio, en aquella zona hay muchas, ¿sabe usted? O quizá me lo estoy inventando; en todo caso eso hubiera sido suficiente para mi soledad. ¡Me esperaban en Portbou! Un congreso de literatura, cuyo tema era yo y los otros autores editados en la editorial Archimbioldi. El hotel Valerí a mi disposición. Con ese nombre de poema renacentista me lo imaginaba grande y suntuoso, con un bosque, un río y un jardín inglés. Y en el río un muñeco olvidado. Un río lleno de manzanas caídas. Manzanas que rodaron y siguieron la corriente hasta donde pudieron. Algunas detenidas por una rama, otras comidas por una mano y el resto, sencillamente, agrupadas en un remanso, podridas. ¿No es así el amor? Volví al coche.
Puse en marcha el motor, sopló la calefacción, me sentí incómodo. Aquella carretera debía llevarme a alguna parte. Entonces preguntaría por Portbou, alguien me guiaría. El motor era un tambor lejano, tos tuberculosa. Miré por el retrovisor para incorporarme a la calzada. ¿Y sabe qué vi? Vi a un fantasma en el asfalto, cerca del coche. ¡Un fantasma! Era un chico alto, delgado como una rosa marchita. Tenía barba y mucha tristeza, pero sólo en los ojos. El resto de la cara sonreía, parecía pedirme un abrazo. Me asusté, allí en medio, en un bosque sin pueblos ni luces. Me asusté, lo reconozco, pero no demasiado. Últimamente había visto cosas, ya me entiende. Yo vivía en Morille, un pueblo de apenas trescientos habitantes, en la región de Salamanca; y ya se sabe: en los pueblos el núcleo duro de la población son los fantasmas. ¿Ha leído Pedro Páramo? Pero este fantasma era distinto. Parecía real. No estaba tan muerto como los otros, pero sin duda estaba muriéndose. Empezó a caminar hacia mí haciendo un gesto con el brazo para que no arrancara el coche. Pero yo aceleré y me introdujede lleno en la primera curva. Él no pudo alcanzarme.
Si no era aquél el camino hacia Portbou, no pasaba nada, a algún lugar tenía que llevarme. Estoy convencido de algo. A veces las cosas enterradas regresan de pronto, dicen: buenos días, aquí estoy otra vez para acompañarte. Aliméntame, guárdame en un baúl, si puedes, o déjame en el bolsillo. Pero no me tires, no trates de olvidarme. Porque si lo haces, algún día volveré para saltar otra vez sobre ti. 



P.d. Un autor anónimo me ha escrito diciendo que él iba conduciendo cuando vio al personaje de este texto: 



Beach House - Used to be

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