10 abril 2010

La soledad profunda


De día tomo mis comidas en un autoservicio que mira a Cluny.
En el jardín mohoso que ennegrece las ruinas, lee y medita, tan apacible como la misma muerte, una joven que a través de las rejas un pintor retrata, y da al cuadro el nombre de Vida.
Le he sonreído y le he dicho:
- Cinco siglos nos distancian.
Y ella me ha respondido:
- No. Sólo el ancho de la calle.

Antonio Di Benedetto

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