El aire está hecho de átomos, y los átomos saltan en todas direcciones y se entrechocan miles de millones de veces por segundo en cada micromilímetro cúbico. Y en esto precisamente consiste el gas: en estos eternos brincos y choques. Sin embargo, aunque brinquen a ciegas y al azar, como en cada agujerito los hay a miles de millones, a causa de su mera cantidad esos saltitos y embistes se ordenan a veces, por pura casualidad, en configuraciones importantes [...] es decir, significativas. Es como si tú, por ejemplo, dispararas a ciegas contra una pared y los impactos compusieran una letra. Lo que, a escala normal, es raro y poco verosímil, en el gas atómico es universal y constante, a causa, precisamente, de aquellos miles de millones de encontronazos en cada millonésima parte de segundo. No obstante, he aquí el problema: en efecto, en cada partícula del aire se están componiendo realmente a partir de esos brincos atómicos unas verdades profundas y formulaciones de gran importancia; pero, simultáneamente, se producen saltos y choques totalmente desprovistos de sentido, siendo estos últimos miles y miles de veces más numerosos que los primeros. Y otra cosa: a pesar de que ya se lleva tiempo sabiendo que en cada momento y ahora también, delante de tu ridícula narizota se están formando en cada miligramo de aire y en cada fracción de segundo fragmentos de poemas que serán escritos dentro de un millón de años, así como varias verdades deslumbrantes y soluciones a todos los enigmas y misterios de la Existencia, no se conocía el método capaz de separar y aprender estas informaciones, tanto más que apenas los átomos se dan una cornada, y se componen en algo significativo, se dispersan en el acto y todo lo creado se pierde, tal vez para siempre. Todo el truco consiste, por lo tanto, en construir una seleccionadora que escoja sólo aquello que tenga sentido en las correrías de los átomos. He aquí la idea base del Demonio de Segunda Especie. ¿Has comprendido algo de todo esto, grandísimo Morrón? Se trata, ¿Me sigues?, de que el demonio extraiga de los bailoteos atómicos únicamente información verdadera, es decir: teoremas matemáticos y figurines de moda, diseños para bordados, crónicas históricas, recetas para tartas de iones y maneras de zurcir y lavar corazas de amianto, poemas, vademécums científicos, almanaques y calendarios, informes secretos sobre todas las cosas que han ocurrido y todo lo que los periódicos publicaron y publican en el Cosmos entero, listines telefónicos todavía sin imprimir...
Ciberiada, Stanislaw Lem
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