PADRE UBÚ: ¡Oh! ¡Ah! ¡Dios mío! ¡Henos aquí zozobrados! ¡Pero si vamos completamente de costado! ¡Este barco de va a caer!
EL COMANDANTE: ¡Todos a sotavento! ¡Entablad el trinquete!
PADRE UBÚ: ¡Pero no, caramba! ¡No os pongáis todos del mismo lado! ¡Eso es imprudente! Suponed que el viento cambia de dirección. Nos iríamos al fondo y los peces nos comerían.
EL COMANDANTE: ¡Nada de arribar! ¡Cargad las velas proa al viento!
PADRE UBÚ: ¿Cómo que nada de arribar? ¡Arribad, sí, que tengo prisa! ¡Arribad!, ¿me oís? Será culpa tuya, bruto capitán, si no arribamos. Ya deberíamos haber arribado. ¡Oh, tendré que dar las órdenes yo! ¡Prestos para virar, válganos Dios! ¡Echad anclas, virad con viento de proa, virad con viendo de popa! ¡Izad las velas, arriad las velas! ¡Timón arriba, timón abajo, timón a los lados! ¿Veis? Ahora sí que vamos bien. Coged las olas al sesgo y todo saldrá a pedir de boca.
EL COMANDANTE: ¡Arriad el foque mayor! ¡Rizad las gavias!
PADRE UBÚ: ¡Sí, eso no está mal! ¡Incluso está bastante bien! ¿Habéis oído, señora tripulación? ¡Arread a la foca mayor y regad las habas! (Una ola inunda la cubierta, algunos agonizan de risa). ¡Oh, qué diluvio! Debe ser un efecto de las maniobras que acabo de ordenar.
Ubú Rey, Alfred Jarry
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