15 mayo 2011

La dictadura de la moda en el siglo I d.c.

El epigrama es una composición poética breve. Se trata de ser ingenioso y satírico acerca de un tema concreto. Marcial fue el gran autor romano del género epigramático. El que transcribo a continuación habla sobre la moda, un fenómeno que podría considerarse contemporáneo pero que no lo es. También habla de la clase de personas que están permanentemente apasionadas por la moda (cualquier tipo de moda). Otra cosa: Casi todo lo nuevo y revolucionario que hacen nuestros fantásticos escritores y poetas lleva, en realidad, más de dos mil años existiendo. Supongo que es culpa de los críticos de nuestro país que no han leído nada anterior al siglo XX y que no piensan hacerlo. No dejéis de lado a los romanos: son fabulosos. Lo digo con cariño.



Cótilo, estás a la moda: lo dicen muchos, Cótilo,
los oigo. Pero, dime, qué es estar a la moda.
"Estar a la moda es llevar perfectamente puesto el pelo rizado,
oler siempre a bálsamo, siempre a cinamomo,
tararear canciones del Nilo, canciones de Gades,
mover con ritmos diversos los brazos depilados;
mariposear el día entero entre las poltronas
de las mujeres y estar siempre secretando algo al oído,
leer y escribir mensajes que van de un lado a otro;
apartar el manto del codo del vecino;
saber quién está enamorado de quién, quién corre de convite en convite,
conocer perfectamente el árbol genealógico del caballo Hirpino".
¿Qué me cuentas? ¿Eso es, Cótilo, eso es estar a la moda?
Estar a la moda, Cótilo, es una cuestión enredosa.


Epigramas 63,3. Marcial


1 comentario:

  1. Secundo lo de los romanos. He aquí un gran poema de Catulo que salió ayer en mi examen de literatura latina:

    Os daré por el culo y me la vais a chupar,
    Aurelio comevergas y Furio julandrón,
    que, por mis versos, como son ligeros,
    me habéis considerado un desvergonzado.
    Es, de hecho, procedente
    que el poeta honorable sea personalmente casto;
    no es necesario que lo sean sus versos,
    que, en definitiva, tienen sal y gracia
    si son ligeros y desvergonzados
    y pueden provocar las cosquillas,
    no digo a los muchachos, sino a esos peludos
    que no pueden mover sus duros lomos
    ¿Vosotros, porque habéis leído muchos miles de besos,
    me consideráis poco hombre?
    Os daré por el culo y me la vais a chupar.

    P.S.: Se agradecen los fragmentos y las recomendaciones, Víctor. Voy apuntando títulos.

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