- Donde hay atentados suicidas... Quizá prefiere usted que no hable de esto.
- No lo sé.
- En los sitios en que esto ocurre, a los supervivientes, a las personas que están alrededor y resultan heridas, a veces, meses más tarde, les salen bultos, digamos, a falta de un término más adecuado; y resulta que estos bultos los producen pequeños fragmentos, verdaderamente diminutos, del cuerpo del suicida. El suicida explota en pedacitos, literalmente pedacitos, trocitos, y hay fragmentos de carne y de hueso que salen volando a tal velocidad y con tanta fuerza, que se quedan incrustados, anidados en el cuerpo de cualquiera que se halle dentro del radio de la explosión. ¿Puede usted creerlo? Una estudiante, sentada en la terraza de un café. Sobrevive al atentado. Luego, meses más tarde, le encuentran algo así como bolitas de carne, carne humana clavada en la piel. Lo llaman metralla orgánica.
El hombre del Salto, Don DeLillo
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