22 junio 2011

La fragilidad del ajedrecista

Según leo, la parapsicología ha estado presente en el mundo del ajedrez a lo largo de todo el siglo XX para ayudar a equilibrar la frágil mente y concentración de los ajedrecistas. Veselin Topalov, por ejemplo, declaró haber ganado en el torneo mundial de San Louis gracias a su psicólogo y, en concreto, a la utilización de hipnosis. Vladimir Zukhar fue un parapsicólogo encargado de entrenar a Anatoli Karpov, pero durante la partida de su paciente contra Korchnoi, en 1978, fue apartado del público del torneo por los agentes de la FIDE para que no pudiera influir en los jugadores. Hay muchos más ejemplos que se pueden leer en el suplemento cultural 470 de La Vanguardia. Yo sólo aprovecho esto para decir que desde hace una semana he contratado gratis a un par de amigos que saben cosas sobre el tema–también he arreglado el teclado-. Una tarotista y un psicoanalista experto en hipnosis. Son útiles también para los escritores. A mí me ayudan. Por lo menos tienen efecto placebo sobre mi tranquilidad y mis miedos y odios, que últimamente son demasiados.

Me decía Jordi Magem, campeón de España de ajedrez en 1990 y maestro internacional, que durante una partida de alto nivel cualquier asunto ínfimo puede quebrantar la concentración del jugador. El ajedrecista es alguien enormemente vulnerable mientras valora posibilidades y, en consecuencia, alguien susceptible de ser hipnotizado. A pesar de cierto escepticismo, Magem asistió hace unos cuantos años a un cursos de Pepe Suárez, psicólogo menorquín que ha dedicado muchas horas a estudiar los beneficios de la hipnosis aliada con el ajedrez. Aumento de la memoria de variables, inhibidor de miedos, tensor de la concentración, buena disposición a la creatividad, todo esto son usos objetivables de la sugestión. Y ni qué decir que todo esto dista mucho de que los ajedrecistas puedan jugar en trance y, todavía menos, de emplear ardides contra el adversario para hipnotizarlo y someterlo a voluntad.

Pere Guixá


3 comentarios:

  1. Quizás haya genios muy sensibles al efecto de un psicólogo. Por mi parte, -acostumbrada a poner patas arriba lo que encuentro-, como psicóloga me siento muy sensible al efecto de los genios en mi vida. Me gusta ese tándem!

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  2. Así que gracias por la parte que te toca...

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  3. El tercer elemento serían los parapsicólogos, tarotistas y todo eso que se reúne bajo el término pseudociencia. Aún así me gusta: recuerdo una novela de Milorad Pavic, la novela tarot; incluía un juego de cartas de tarot: la lectura descifraba los arcanos mayores. Resultó significativo para mí durante unos días. gracias por tu comentario :)
    V

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