Luego de años de estudiar películas de este tipo, Ray Birdwhitell, un pionero de la cinesis, ha llegado a la conclusión de que gran parte de la base de las comunicaciones humanas se desarrolla a un nivel por debajo de la conciencia, en el cual las palabras sólo tienen una relevancia indirecta. Estima que no más del 35 por ciento del significado social de cualquier conversación corresponde a las palabras habladas.
Decían de Wittgenstein que tras acabar el Tractatus, retirado en un pueblo haciendo de jardinero, a lo Cicerón, discutió un buen día, a saber sobre qué, con un italiano. Le debió mandar a hacer puñetas. Ludwig quedó profundamente impresionado al comprender que el sentido de todo aquello se cifró en los gestos y aspavientos propios del napolitano. Que se sepa, nunca renunció al punto 7 de su obra, pero el sentido del mundo se le debió volver algo más práctico, algo más contextualizado. Escribió cosas hermosas y melancólicas sobre la sinceridad de la expresión.
ResponderEliminarHaremos más caso a los silencios, pues.
ResponderEliminarPor cierto, genial el último disco de Kurt Vile.
Y tengo tu libro, una lectura agradable, graciosa. Pero no voy a profundizar, solo utilizaré el 35% del lenguaje.
Un saludo!