25 octubre 2011

Reproductibilidad técnica de la obra de arte



No todos los colores son reproducibles sobre el papel. Hay colores -según descubrí el otro día en la biblioteca- que probablemente nunca hayamos visto. El azul obtenido a partir del lapislázuli afgano, por ejemplo. La cuatricromía de la impresión ordinaria (CMYK) no puede emularlo: no lo habremos visto jamás sobre una revista o un libro. Eso me alegró: saber que siguen existiendo cosas que pertenecen exclusivamente al reino menguante de lo manual, y que para verlas tenemos que desplazarnos necesariamente a algún lugar. 

Pero luego supe, me lo dijo un amigo, que hoy en día una pantalla de ordenador sí puede reproducir ese color, y más de los que somos capaces de identificar. 


4 comentarios:

  1. Un amigo me contaba su inmensa alegria al descubrir, tras diez años, un lunar en el cuerpo de su amada (así de grande, me dijo) (infinitesimal, pensé yo).

    Luego otro amigo nuestro le dijo que él ya lo había visto hacía más de un año. Y sospecho, añadió, que aún hay muchos más, que tú y yo nunca veremos.

    Un saludo.

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  2. Hay casos en que la distancia entre el original y la copia es insalvabe,no solo por el color , sino tambien por el formato y la textura, esto lo descubrí cuando fuí a ver la fundación Miró, las reproducciones no me transmitian ninguna sensación, pero el original me parecio fascinante.
    un saludo¡¡

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  3. Estoy de acuerdo con lo que ocurre con Miró. Precisamente allí, en la fundación Miró tuve la sensación opuesta al observar in situ un cuadro de Mondrian: decepción de la planicie.
    Andrés, que tu poema sea mejor que esto.
    Javier, he disfrutado leyendo "la gota voraz 1" y 2. Corresponde con lo que más me interesa ahora mismo -no son los virus, sino esa forma.

    saludos!

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