Esto no lo he pensado yo, sino Luis Goytisolo. Ni siquiera él, sino uno de sus personajes cuando se encuentra con Yotgoilos, un importante escritor finés inventado.
He observado que entre escritores, intelectuales y artistas, hay dos temas de tal recurrencia que tarde o temprano, indefectiblemente, terminan por hacer su aparición: la gastronomía y los prostíbulos de antes, el buen recuerdo que uno guarda de aquellas mujeres, aquellos salones, aquellas tetas. Es decir: lujuria y gula, tan estrechamente vinculadas como sea posible. Por este motivo, tras recomendarle algún que otro plato típico de la cocina regional, le hablé -bajando un poco la voz- de la Ninotchkca, una prostituta que había tratado en mi juventud y que poseía una inconcebible destreza de lengua. Lo de Ninotchkca le venía por su parecido con la Garbo, añadí, ya que Yotgoilos se había quedado mirándome en silencio, quién sabe si a la espera de que le explicase en qué consistían exactamente sus habilidades linguales, detalles cuya exposición, si no improcedente, me resultaba cuanto menos violenta.
Estela de fuego que se apaga, Luis Goytisolo
Lo tendré en cuenta si me topo con algún escritor. Aunque... yo no soy escritor y creo que apenas hablo de otra cosa que no sea gula , ya sea por el sexo, o por la comida - No hay tanta diferencia, son dos formas de lo mismo- Tendré que hacerme escritor, pues.
ResponderEliminarHoy un estudio ha revelado por qué cuando cogemos una patata frita, queremos en seguida, comer otra más. ;)
ResponderEliminarjaja, entonces, no somos en el fondo todos escritores? lujuriosos y glotones, ñam
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