04 enero 2012

El placer




Aquellos melocotones -algunos de ellos- constituían una delicia asombrosa, y producían aquella clase de placer sensorial, tan inesperadamente profundo, que parece precisar de otro contexto. Las cosas ordinarias no suelen resultar tan gratificantes. Nada del aspecto exterior del melocotón nos permite adivinar que será tan exuberante, húmedo y aromático -sus jugos recorriendo nuestras encías-, ni que poseerá un interior tan sutilmente coloreado, como una floración dorada atravesada por pequeñas venillas rosadas. Intenté comentar aquello con los dos rostros que tenía frente a mí.
- Sin embargo, yo creo que no es fácil repetir los placeres -dijo Eliades-. Mañana podríamos comernos un melocotón de la misma cesta y vernos frustrados. Entonces, nos preguntaremos si estábamos equivocados. Un melocotón, un cigarrillo. Yo disfruto de un cigarrillo de cada mil. Y, sin embargo, sigo fumando. Opino que el placer está más en los momentos que en las cosas. Y sigo fumando en busca de ese momento. Quizá muera intentándolo.


Los Nombres, Don DeLillo

2 comentarios:

  1. He cambiado el contenido de esta entrada. "Los Nombres" es una novela de ideas y, como tal, contiene muchos fragmentos cerrados en sí mismos que merecen la pena, pero ninguno logra transmitir la esencia del libro -merece la pena leerlo, creedme-. Prefiero este fragmento. Es agradable. :)

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