05 enero 2009

Sobre templos paganos y jardines italianos y la posibilidad de la muerte

[Fragmento HA 2b,?]

Llamaron a la puerta de la habitación de Arturo. Entró Guillermo sin esperar respuesta.
- ¡Levanta! Tenemos que hablar. Ahora.
- ¿Ahora? -balbuceó Arturo. Se incorporó- ¿Ahora mismo?
- Ahora, no después ni más tarde ni mañana. Arriba.
Cogió un libro de la estantería mientras Arturo se vestía, lo abrió y empezó a leer en voz alta. Parecía una figura geométrica, un pentágono. Cinco ángulos. Se disolvió la imagen. Leía:
- La única copia en el mundo: destruida. Cuando era joven tenía un mundo secreto. Cuando era joven estuve una vez en una fiesta, en Italia. Se incendió el jardín y todos nos resguardamos en la casa. Tuve miedo. De morir, quiero decir. Pero los italianos estaban detrás de las ventanas tan tranquilos y no tenían miedo. Miraban el fuego. Decían: Guardate che bel fuoco, y se sentían realizados mirándose las caras amarillentas y pasmadas, puras de noche caída. Pero yo lo que...
- Calla, calla, ya estoy despierto y vestido. ¿De dónde has sacado ese fragmento?
- Lo he escogido al azar.
- ¿Qué libro es?
- No te lo digo - dijo Guillermo y lo escondió bajo su camiseta.
- ¡Pero si es mío!
- Aún no.
- ¿Qué?
- Escúchame. Tenemos que hacer algo: Antonio está muy deprimido.
- ¿Cómo lo sabes?
- No ha desayunado.
- ¿Y qué?
- No ha leído ningún fragmento de la Biblia.
- ¿...?
- Siempre lo hace.
- Lo habrá leído en su habitación -dijo Arturo.
- ¡No! La Biblia está en el salón. Ayer tampoco salió. Permanece en su habitación. Hace horas que no sale de allí. No contesta a mis llamadas. Tenemos que derribar su puerta. Creo que le ha pasado algo.
Salieron de la habitación. El pasillo estaba oscuro. Caminaron a tientas hasta la puerta de Antonio. Arturo apoyó la oreja en la puerta. La madera estaba fría, helada. No se oía nada. 
- Ha muerto -dijo Guillermo-. Tenemos que entrar.
- Quizá sólo esté dormido.
- Ha muerto.
- Entremos.
- Sí.
- ¿Cómo? -preguntó Arturo.
- Así.
Guillermo se apoyó en la pared del pasillo, frente a la puerta, y de un salto dio una patada al pomo y reventó la cerradura. Irrumpieron en la habitación. Estaba oscuro, el interruptor no funcionaba. Antonio yacía en la cama cubierto con las mantas. Sólo aparecía su cabeza, el pelo despeinado, los ojos cerrados. En la mesita de noche había una botella de vino vacía, libros y papeles, un preservativo, sin usar (los amorcillos no te han beneficiado con sus flechas incandescentes, oh, Antonio), una figurita que representaba a un robot, inexpresiva, y que parecía estar a punto de dispararnos. Sobre la cabeza de Antonio, una voluminosa estantería llena de libros parecía un altar (pagano).
- Antonio -dijo Guillermo.
Se acercó hasta la cama con cuidado. En el suelo había ropa sucia, olía mal, a tabaco y fango y abandono, soledad. A melancolía.
- Antonio -repitió Guillermo más cerca de él-. Oh, Dios mío, ¡Antonio!
- Hola -dijo Antonio.
- ¿Estás muerto? -preguntó Guillermo.
- No.
- ¡Gracias a Dios! -Guillermo abrazó a Antonio-. Temía por tu vida.
- Me emborraché. ¿Qué hora es?
- Hace un día que no sales de la habitación -dijo Arturo.
- He bebido vino hasta la muerte.
- Pero ¿por qué? ¡Por qué! -dijo Guillermo. Comedia- ¿Es que quieres morir?
Antonio se incorporó en la cama, liberándose del abrazo de Guillermo:
- Estoy triste.
- ¿Qué ocurre?
- Nada sale bien. La chica... nada sale bien.
- Pero eso es una tontería -dijo Guillermo.
- No.
- Oye, vamos a dar una vuelta los tres -propuso Guillermo y miró a Arturo con preocupación.
- Sí -dijo Arturo mecánicamente-. Vamos a dar una vuelta.
- Vístete.
- Toda la ropa está sucia -dijo Antonio.
- La suciedad es buena para los poetas -dijo Guillermo echándose a reir. 
Nadie lo secundó.


Doves - There goes the fear

3 comentarios:

  1. Hace un año que te leo. Esta novela ("HA") va a ser la bomba si la estructura es tan buena como sus fragmentos. Escribirla de esta manera fragmentaria parece muy complicado. Cuidado! Espero q tengas un plan preconcebido y nos estés engañando a todos!

    adios (hola)

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  2. ¿La suciedad es buena para los poetas?!!!!!



    ¿.....?

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  3. "los amorcillos no te han beneficiado con sus flechas incandescentes, oh, Antonio"

    Pues claro que hay una estructura preconcebida. Estoy perdidita por los huesos de Victor Balcells.

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